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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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16-06-2014

 

 

 


La rebelión política en el este de Ucrania

SURda

Opinión

Ucrania

Roger Annis

(Quiero difundir y destacar este artículo sobre Ucrania por lo completo de la información que aporta y su análisis. FM )


Hay en la gran prensa informes incompletos y engañosos de que los trabajadores siderúrgicos en el este de Ucrania se han movilizado, patrullando las calles, para rechazar el movimiento político por la autonomía. El 11 de mayo, se celebraron plebiscitos de éxito en las regiones del sudeste de Donetsk y Lugansk, en el que la gran mayoría de los que votaron optaron por la soberanía política.

Truthout [una revista electrónica norteamericana independiente de noticias que se publica desde el 2001 bajo el "501(c)3" o sea la exención de impuestos a las organizaciones culturales sin fines de lucro]  publicó el 13 de mayo una visión global sobre Ucrania escrito por mí. Los eventos se continúan desarrollando a un ritmo muy rápido. Este artículo es un intento de describir el significado de los últimos acontecimientos y ver varias de las opciones políticas sobre el futuro de Ucrania, que se están debatiendo.


Divisiones de clase dentro del movimiento Maidan

Empecé a escribir sobre Ucrania a finales de febrero debido a dos preocupaciones. Estaba perturbado por las interpretaciones publicadas en muchas fuentes sobre los acontecimientos que rodearon al derrocamiento a finales de febrero del Gobierno encabezado por el presidente de Ucrania Victor Yanukovich. Muchos de estos escritos describen el derrocamiento como un "golpe fascista" hecho con bastante facilidad y orquestado por los EE.UU. y sus aliados europeos. Es simplista y de hecho erróneo. Las fuerzas de clase involucradas, así como sus respectivos intereses y orígenes históricos fueron y siguen siendo algo mucho más complejo y contradictorio de lo que en esta interpretación se describe.

Junto a las Interpretaciones simplistas del cambio de gobierno había una ausencia de análisis del movimiento policlasista de protesta y del conflicto político que alcanzó su cenit en la plaza Maidan en Kiev. (Por ejemplo, estamos aprendiendo más y más del poco analizado pero altamente destructivo papel de la financiación de las ONG en Ucrania en los últimos decenios. Este es uno de los temas que se están debatiendo intensamente por la izquierda en Ucrania y Rusia. ¡Quién hubiera imaginado lo relevante que podría resultar para Ucrania la lección de Haití!)


Mis primeros dos artículos, en febrero, eran superficiales y estaban equivocados en su interpretación del movimiento Maidan. Mnimizaba o ignoraba los intereses de clase contradictorios involucrados, incluyendo las creencias ilusorias de manifestantes que una asociación económica más estrecha con Europa podría mejorar el nivel de vida en Ucrania, que es significativamente menor que en Rusia y otros países vecinos.

Seguí insistiendo en escribir cuando el este de Ucrania explotó a principios de marzo. Una vez más, muy pocos artículos de análisis en profundidad se escribían para el público de América del Norte. Se sigue diciendo que el movimiento de protesta en el este fue en respuesta al "golpe fascista" en Kiev. Pero poco se analizó el contenido social y de clase del movimiento en el este. Además, muy poco se ha escrito, o se escriben cosas llenas de errores, sobre el auge de histeria imperialista que siguió a su "pérdida" de Crimea en marzo.

Una rebelión de la clase obrera en el este de Ucrania

Varios lectores de mi último artículo en Truthout cuestionan mi afirmación de que se está desarrollando en el este de Ucrania una revolución obrera y popular.

He basado mi afirmación en cuatro fuentes: los artículos del socialista ruso Boris Kagarlitsky; las declaraciones y otros materiales publicadas en el sitio web del partido político de izquierda ucraniana Unión Borotba; unas pocas declaraciones de los sindicatos en el este; y los informes anecdóticos en una amplia variedad de fuentes de noticias.

He encontrado el artículo de Kagarlitsky "Ucrania: La lógica de una revuelta", escrita en abril, traducido por el australiano socialista Renfrey Clarke y publicado el 1 de mayo de Links International Journal of Renovación Socialista , que es particularmente perspicaz. Lo cité en mi artículo de 13 de mayo en Truthout. He aquí un párrafo del misma, un ejemplo de su rica visión:

"El principal desencadenante de la revuelta [en el este de Ucrania], sin embargo, no fueron las simpatías pro-rusas de la población local, o incluso la intención declarada de los gobernantes de Kiev de la derogación de la ley que había dado al ruos el estatus de "lengua regional ". El descontento se había ido acumulando tiempo en el sudeste, y la gota que desbordó el vaso fue el dramático empeoramiento de la crisis económica que siguió al cambio de gobierno en Kiev [a fines de febrero 2014]. Después de firmar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, las autoridades decretaron aumentos abruptos en los gastos de gas y medicamentos, y la explosión social resultó inevitable. En el oeste del país y en la capital, la creciente indignación fue contenida por algún tiempo por medio de la retórica nacionalista y la propaganda anti-rusa. Pero cuando se aplicó a los habitantes del este, este método tuvo el efecto inverso. Tratar de apagar el fuego en el oeste, las autoridades echaron nafta sobre las llamas del este".

Me propuse abstenerme de ofrecer predicciones o sugerencias sobre cómo deben procedes los movimientos de protesta en la acción, salvo en lo que cito de fuentes bien informadas. Mis varias selecciones de noticias tomadas de personas en el este de Ucrania fueron pensadas para proporcionar al lector una cierta comprensión de la profundidad y la complejidad de lo que allí pasa, no porque estuviese necesariamente de acuerdo. Así, está la mujer que desea que Ucrania sea una Suiza de Europa del Este, pero como resultado de los ataques del régimen ahora está convencido de que eso es imposible. Otras personas que se citan quieren una estrecha asociación con Rusia, sin duda, un sentimiento muy extendido. Al igual que en Crimea, estos sentimientos tienen base material. Lla asociación con Rusia mejoraría las pensiones y otros beneficios sociales para los habitantes del este de Ucrania y evitaría la destrucción total de su economía y el plan de austeridad que Europa tiene reservado para para ellos.

Comparto la opinión de los escritores Renfrey Clarke y Boris Kagarlitsky, una intervención política o militar en el este de Ucrania por parte de Rusia sería perjudicial, desastrosa incluso, para el movimiento en el este. Clarke, que ha traducido una serie de artículos por Kagarlitsky del ruso y ha vivido en Moscú, escribió recientemente: "Tanto Boris como yo argumentamos de manera explícita que el único camino a seguir para el levantamiento es abrazar las demandas clasistas con las que se pueden forjar vínculos con los trabajadores en otros lugares en Ucrania".

Encontré lo mismo en una de las citas que seleccioné de Kagarlitsky para mi artículo, a partir de un artículo anterior suyo, a mediados de abril, "Desde el Maidan a la revolución":

    "El Moscú oficial ha dejado a entender, en términos muy claros, que no pretende quedarse con las provincias rebeldes de Ucrania. Esto no es una declaración diplomática, ni tampoco una concesión a Occidente; más bien es un paso dictado, entre otras causas, por el deseo de evitar cualquier escalada en un conflicto que ha superado con creces los límites de todo lo que el Kremlin encuentra conveniente o manejable. A diferencia de Crimea, en la que todo estaba controlado y donde, después de dos o tres manifestaciones, la transferencia del poder se llevó a cabo por la elite local, en Donetsk y Lugansk estamos asistiendo a la fuerza elemental de un movimiento popular, que es simplemente imposible de manejar desde fuera".


Escuchamos noticias (New York Times, CBC Radio, etc) de que el magnate ucraniano Rinat Akhmetov moviliza a sus trabajadores a las calles de las ciudades de la región de Donetsk para dispersar el movimiento a favor de la autonomía (llamada por muchos en el este como  movimiento para "federalizar", es decir, la descentralización de las estructuras de gobierno de Ucrania). Lo inexacta o engañoso de los informes sobre lo que se está desarrollo requiere una obviamente una urgente atención y una interpretación seria.


He aquí un breve comentario por correo electrónico de Boris Kagarlitsky del 17 de mayo:

   "Esta es otra mentira. Estoy muy impresionado por el nivel de desinformación, incluso en la prensa occidental "seria" sobre la crisis ucraniana. Es más de lo que hemos tenido en la URSS, más de lo que imaginó George Orwell. Los trabajadores de Akhmetov fueron despedidos por haber participado en manifestaciones A FAVOR de la federalización, y realizaron huelgas; ahora hay algunas minas y fábricas de Akhmetov tomada por los trabajadores y la "opolcheniye" (milicia popular). Es por esto que ahora Akhmetov está tratando de formar sus propias formaciones paramilitares para evitar mayores tomas por parte de la República de Donetsk y los trabajadores”.

Un breve informe, de fecha 5 de mayo, en la página web de la revista en ruso en que Boris colabora, Rabkor (Corresponsal del Trabajador) explica que hay una creciente ola de protestas que exige la nacionalización de las propiedades, precisamente de figuras como Rinat Akhmetov.

Renfrey Clarke me ha dado su punto de vista sobre las recientes movilizaciones y denuncias de los trabajadores del acero:

    "Tratando de averiguar lo que está ocurriendo en lugares como Ucrania a partir de artículos de New York Times es como lo de la caverna de Platón. Esta afirmación en unl artículo del Times es simplemente falsa: "la propia Rusia exporta acero, por lo que nunca ha sido un mercado importante para la salida de la región de Donetsk". Lo que podemos decir es que los mineros y siderúrgicos han entrado en el panorama político en forma masiva y organizada (aunque todavía no independiente). El New York Times ha intentado dar vuelta esto presentándolo como un golpe contra el movimiento autonomista. Pero parece que en las ciudades donde los trabajadores del acero han llegado a las calles,  están barriendo a la policía, lo mismo que ha pasado en la República Popular de Donetsk. Es bastante obvio que el régimen de Kiev no tiene ninguna influencia en la región" .

    "Rinat Akhmetov ha tratado de actuar como un conducto entre las autoridades de Kiev y el movimiento autonomista. Él también parece haber jugado algún papel en este último desarrollo. Pero la idea de que ejerza ningún tipo de control sobre las respuestas políticas y acciones de las masas obreras de la región es descabellada.

    " Akhmetov no podría haber llamado a miles de trabajadores a la acción (si, incluso, son estas las cosas que ocurren) si los trabajadores no estuvieran ya inclinados en sus propias mentes a hacerse cargo de sus ciudades. Una movilización masiva de los trabajadores es un tigre que oligarcas como Akhmetov tienen muy pocas posibilidades de montar.

    "La sugerencia de que los mineros y trabajadores del acero tienen propósitos confrontados con los de la República Popular de Donetsk es especulativa. Mi lectura de la situación es que los trabajadores del Donbass ucraniano odian al régimen de Kiev y tienen un temor profundo ante sus planes de austeridad. Ellos quieren en lo posible tener poco que ver con eso, a pesar de que no parece haber ningún sentimiento amplio en favor a su incorporación a Rusia. Si el 11 de mayo los referendos en Donetsk y Luhansk fueron una encuesta de opinión no muy científica, al menos, se estableció que el deseo de autonomía es poderoso y generalizado.

   "Hay una resonancia histórica de estos últimos acontecimientos que se remonta a la enorme huelga de los mineros de Donbass contra Gorbachov en 1989. Ese período también vio a los mineros de Donbass llevados a la acción política de en forma masiva, aunque sirviese a los objetivos políticos de los elementos la pro capitalistas de la burocracia soviética de la época.

    "Ahora los gobernantes de Kiev, y los neoconservadores en Washington, podrían enfrentarse a un fenómeno de alcance similar. ¡Una justicia histórica! Ni que decir tiene, las posibilidades de imponer con éxito un programa de austeridad en el Donbass ucraniano en la actualidad son insignificantes".

Aclaramos por nuestra cuenta: Mikhail Gorbachov fue el séptimo y último jefe de Estado de la Unión Soviética de 1988 a 1991. Intentó pero no pudo, llevar a la Unión Soviética a través de una etapa de reformas de sus instituciones políticas y económicas que permitiese la inversión capitalista acelerada, pero mantienen un fuerte papel supervisor por parte del Estado soviético, algo similar a lo que se ha desarrollado en China.

Esto es lo que los editores del New York Times piensan acerca de la situación en el este, en su editorial del 12 de mayo:

    " Pero la estruendoso acompañamiento de violencia que viene con las votaciones [por la autonomía] es grave y está impulsando la crisis de Ucrania en una dirección que en poco tiempo nadie - ni el presidente Vladimir Putin de Rusia, y no las autoridades de Kiev, ni Occidente - será capaz de controlar . . . El hecho de que los referendos se celebrasen a pesar de la insistencia de Putin la semana pasada para que se pospusiesen, sugiere que los eventos ya se están desarrollando a impulso propio".


La consigna 'Por una Ucrania independiente y socialista'

Una muy buena declaración ha sido publicada recientemente por escritores, activistas y académicos de Europa y (algunos) de América del Norte (incluyendo Greg Albo en Toronto). Se llama, "Odessa: La última advertencia / Llamada a la solidaridad internacional".

La declaración concluye con una demanda por una "Ucrania socialista independiente". Esta consigna parece desconectada de la situación actual en el este de Ucrania. Sí, la voluntad popular es anti-capitalista. Pero también es a favor de la autonomía. Parece más apropiado que la izquierda propugne una " federación socialista de Ucrania ".

La demanda de Ucrania "independiente" se remonta muchas décadas atrás en las que Ucrania no fue independiente para nada. Durante el gobierno de Stalin en la Unión Soviética, Ucrania vivió un régimen dictatorial muy duro en las que murieron millones en la colectivizació forzosa de tierras durante la década de 1930, millones más murieron a causa de errores políticos y militares de Stalin y su séquito, que condujeron a la invasión de Alemania en 1941, bajo la que la lengua y la cultura ucraniana fueron al menos toleradas. Una autonomía restrictiva funcionó dentro de la Unión Soviética tras la muerte de Stalin en 1953.

No estoy convencido de la relevancia de un lema (perspectiva política) de "independencia" en la actual Ucrania, cuando el país obtuvo su independencia formal hace más de 20 años y la ideología de extrema derecha es la tendencia dominante en el nacionalismo ucraniano.

Ucrania sigue siendo un país sujeto a la opresión nacional en virtud de su posición económica y política subordinada en Europa. Tiene una distribución nacional y lingüística compleja y diversa. En conjunto, estos factores harán que sea un reto difícil de eliminar los últimos vestigios de la opresión nacional.

La verdadera amenaza a la independencia política de Ucrania de hoy viene tanto, o más, de Occidente que de Oriente, sobre todo a través de la amenaza de la subordinación económica a una austeridad agresiva de inspiración europea. Creo que la inclusión de la noción de "federación", en lugar de "independencia", en una perspectiva o consigna política que permitiría dirigir la atención a este desafío inmediato.

Hay mucho que aprender acerca de la realidad compleja, social, cultural e histórica de Ucrania. Tuve la buena fortuna de recibir un informe muy completo de un corresponsal en Ucrania hace apenas unos días. Lo cito a continuación. Lo he titulado "Los poderes externos sólo han alimentado este conflicto latente: Reporte de Ucrania", 13 de mayo de 2014. He arreglado muy poco y solo por razones de lenguaje, y los subrayados son míos.

The Guardian es uno de los pocos medios de comunicación de idioma Inglés que (por fin) examina el surgimiento de las milicias fascistas y derechistas en Ucrania. El 15 de mayo, publicó un extenso informe de dos de sus periodistas que se encuentran en el país. Entrevistaron a los líderes de los partidos políticos y agrupaciones de la extrema derecha y asistieron a un campamento de entrenamiento clandestino de derechistas en una de las regiones del este.

Un líder del campo de entrenamiento, explica que el ejército de Ucrania ha demostrado ser poco fiable en el tiroteo con civiles: " Es difícil confiar en el Ejército y la Guardia Nacional" , dijo Semenchenko. "Hay casos en los que simplemente han entregado sus armas y huído. Yo no lo entiendo en absoluto, ¿cómo se puede dar un juramento a un país y luego no cumplirlo?”

Los escritores de Guardian explican que las consecuencias pueden ser muy graves, cuando las milicias no entrenados y fanáticos se encuentran en situaciones políticas tensas. Mi artículo de 13 de mayo en Truthout explicó lo que ocurrió en el puerto de la ciudad del Mar Negro de Mariupol, el 9 de mayo. El ejército y las milicias derechistas entraron en la ciudad durante la ceremonia del Día de la Victoria para tomar el edificio de la policía. Fueron rechazados, pero ocho personas fueron asesinadas. Este nuevo artículo de The Guardian informa que entre los muertos había civiles desarmados quienes las milicias dispararon a medida que se retiraban.

The Guardian explica los antecedentes de Andriy Paruiby, un líder fascista en Ucrania y jefe de la seguridad nacional y la defensa del consejo de Ucrania (es decir, un ministro en el régimen gobernante en Kiev):

   "Parubiy mismo tiene un pasado extremadamente dudoso, después de haber fundado el Partido Nacional Social de Ucrania, neofascista, junto con el actual líder del partido Svoboda de extrema derecha, Oleh Tyahnybok, a principios de 1990. Si bien ha habido poca evidencia de que las milicias estén motivadas por cualquier tipo de ideología de extrema derecha, cuando la lucha en el este de Ucrania no hay duda de que han sido estos radicales las personas más dispuestas a luchar, y esto ha llevado a una serie de situaciones que parecen ir mucho más allá de los límites del comportamiento militar normal".

Como ya he informado, los líderes de todos los principales partidos políticos de Ucrania están llamando a la formación de milicias. Un candidato fascista en la elección presidencial, Oleh Liashko ha pegado en todo el país carteles electorales que dicen, "¡Muerte a los invasores!"

Liashko ha adquirido mala fama en los últimos tiempos debido a la amplia circulación de un vídeo a través de internet mostrando como interroga a Igor Kakidzyanov, el ministro de Defensa capturado de la República Popular de Donetsk. Kakidzyanov aparece en ropa interior con las manos atadas.

Liashko ha estado promoviendo el video. Le dijo a The Guardian: "Durante 23 años nadie ha prestado atención a nuestro ejército, y ahora cuando tenemos que luchar por las fronteras de nuestro país hoy en día, no podemos... Necesitamos una guerra popular, como en la segunda guerra mundial, cuando la gente se levantó para luchar contra el fascismo, eso es lo que tenemos que hacer ahora."

En un eufemismo, un director asociado de Human Rights Watch que se encuentra actualmente en el este de Ucrania, Anna Neistat, dijo: "Toda esta situación está completamente fuera de control." Por desgracia, la mayoría de los medios de comunicación canadienses y occidentales lo están manteniendo en secreto. El partido de la oposición de Canadá en Ottawa se queja de las lagunas en las sanciones que el gobierno ha impuesto ... contra los empresarios rusos. ¿Sanciones contra los fascistas ucranianos? ¿Y por qué?


Necesidad de Solidaridad

Espero que muchos de los que están leyendo estos comentarios se pongan a organizarse en solidaridad con la izquierda política y la clase obrera en su conjunto en Ucrania. Mi artículo del 13 de mayo fue escrito antes de que nos enteramos de la magnitud de la represión derechista y fascista en Ucrania. Camaradas de Borotba Union (Unión de Lucha) han sido forzados a la clandestinidad por el régimen y las bandas fascistas. Las condiciones son muy difíciles, incluso en las ciudades del este como Kharkov (segunda ciudad más grande de Ucrania), donde una difícil e inquiera convivencia a distancia se mantiene entre el régimen y los movimientos autonomistas. (Hay un reportaje en vídeo de matones derechistas que atacan una manifestación hecha en contra de los nazis, una marcha en Kharkov el 27 de abril de 2014.) Una propuesta sobre la que podemos avanzar es convencer a los sindicatos y departamentos universitarios en nuestros respectivos países a que inviten a hablar a escritores, líderes sindicales y otros activistas de Ucrania.


***
Agregado:

'Los poderes externos sólo han alimentado este conflicto latente ": Informe de Ucrania, 13 de mayo 2014

He leído el artículo de James Petras. Puedo decir que tiene un defecto principal en el análisis (como la mayoría de los análisis occidentales) - el conflicto se presenta en términos geopolíticos, Occidente vs Rusia, ignorando su dimensión interna.

A nivel interno, el conflicto tiene varias dimensiones, simultáneas y de intersección: se trata de un conflicto entre dos regiones (Ucrania oriental y occidental) y es un conflicto entre dos clanes de los capitalistas y funcionarios. Maidan llevó al poder a los funcionarios del presidente Yuschenko ("Revolución Naranja") [Victor Yushchenko, Presidente de Ucrania, 2005-2010]. Muchas personas en estos tiempos de crisis perdieron sus puestos de trabajo y, por lo tanto, el apoyo a Maidan de grandes sectores de la sociedad ucraniana occidental estaba conectado con las expectativas de encontrar puestos de trabajo con el apoyo de "su" clan en el poder - es decir, en la policía, el ejército, el estado estructura, etc.

Por otra parte, existe una dimensión del conflicto que es un conflicto entre los trabajadores industriales y de clase media. La clase media espera la mejora de su riqueza después del acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Maidan también exigió bajar los impuestos. Pero los trabajadores industriales se concentran principalmente en el este y son los que potencialmente perderán de un acuerdo de libre comercio con la UE.

La crisis también tiene la dimensión de la lucha pro-nazi y pro-soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Los dos clanes principales en el poder durante 23 años explotan eficazmente esta antigua línea de demarcación. Un clan trató de asociarse con los soviéticos, mientras que otro promovió diferentes grupos de extrema derecha como sus principales unidades paramilitares (y que sirvió como el núcleo del movimiento Maidan entonces).

Por lo tanto, los poderes externos (EE.UU. y Rusia) sólo alimentaron este conflicto latente.

En cuanto al movimiento Maidan podía ser "prendido", pero era difícil "apagarlo”. Esas fuerzas pro-democracia (principalmente miembros de las ONG) son por lo general sólo una cubierta de grupos de extrema derecha. Por lo que veo en su actividad desde hace muchos años, yo diría que los “pro-democracia” son muy a menudo también militantes de grupos de extrema derecha. Y la hostilidad general hacia la izquierda en general (no sólo a los comunistas) es uno de los aspectos de la unificación y consolidación de sus fuerzas. Hay 500.000 seguidores solo en un grupo - Sector Derecho - y su núcleo es abiertamente nazi ("Nacional Social Asamblea"). Al mismo tiempo - varios grupos pro-soviéticas tienen también casi el mismo número de seguidores.

Además, en el plano de la sociedad hay es un conflicto entre "ucranianos puros" y "no puros".

Por otra parte, los dos campos no son unánimes. Dentro movimiento Maidan, hay constante lucha brutal entre las diferentes unidades de extrema derecha ya que cada uno de ellos trata de controlar la situación por completo. Hay unidades de extrema derecha que buscan unirse a la UE y "recuperar la Europa del hombre blanco", y aquellos que están dirigidas a tener su propio país nacionalista sin unirse a la UE.

Sus adversarios (que pueden ser llamados Anti-Maidan - aunque empezaron a reunirse en las plazas de la misma manera que Maidan) son aún más dispersos. La milicia no Slavjansk no obedece a la milicia de Donetsk. Hay unidades de nacionalistas rusos y ucranianos tanto en los partidos pro-capitalistas, como de la oposición; hay unidades de ciudadanos pro-soviéticos con banderas rojas y también unidades propios de los comunistas; hay federalistas y los independentistas - ya que muchas personas están motivadas por el deseo de tener una región autónoma. Hay movimientos de las minorías nacionales en el oeste de Ucrania (húngaros, rutenos) que se oponen a las actuales autoridades, debido a su agenda nacionalista.

Dado que los rebeldes del este son muy pro-soviéticos y demandan nacionalizaciones, a pesar de todas las afirmaciones de que son "pro-rusos", la propia Rusia mira con recelo.


NOTA: Una descripción cruda de lo que la austeridad la aporta el pueblo de Grecia, se encuentra en un extenso artículo publicado recientemente en LINS, Revista Internacional de Renovación Socialista, "Están robando todo, hasta nuestras casas", por Afrodity Giannakis. Fue publicado también por Truthout.

Enviado por Fernando Moyano

 

 
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